La activista cubana Keilylli de la Mora, de la Unión Patriótica de Cuba, fue trasladada este lunes a la cárcel de mujeres "Sabana" luego de varios días en una sala de Psiquiatría del hospital provincial Gustavo Aldereguía, de Cienfuegos.
El activista Raúl González alertó en un video divulgado en las redes sociales que De la Mora está muy mal de salud, tiene tan solo 4.2 de hemoglobina y problemas renales y estomacales.
González dijo al portal CubaNet que en una conversación telefónica que sostuvo con la activista pudo notar que hablaba "enredado, no se le entendía lo que decía".
La joven, que inició una huelga de hambre hace más de 15 días, había sido llevada a una sala de Psiquiatría en junio pasado después de intentar suicidarse en el penal.
"En la cárcel recibió golpizas de parte de una de las carceleras y luego en el centro hospitalario intentó en dos ocasiones quitarse la vida porque también recibió maltratos", señaló González.
"Estamos muy preocupados y no sabemos si el personal médico pueda hacer algo que dañe la salud y la integridad física de Keilylli de la Mora", añadió.
En las redes sociales los activistas se han solidarizado con la joven y han clamado por su libertad.
De la Mora permanece encarcelada desde 4 de junio, tras un juicio donde la acusaron de los delitos de propagación de epidemias, desacato, resistencia y desobediencia. Fue sancionada a un año y seis meses de privación de libertad.
En protesta por su encarcelamiento se declaró en huelga de hambre al momento de entrar a prisión ese mismo día.
La prisionera política depuso la huelga de hambre el 18 de junio a pedido de su padre enfermo, pero a finales de ese mismo mes llegaron reportes a la familia de que en protesta por los maltratos y golpizas había iniciado de nuevo el ayuno.
Sobre el caso de la prisionera política la encargada de Negocios de la Embajada de los Estados Unidos en Cuba, Mara Tekach, expresó en Twitter preocupación por los reportes sobre la situación de la activista.
La diplomática estadounidense recordó que las Reglas Mandela son claras: el gobierno es responsable por el respeto a la dignidad de los prisioneros.
Sobre el caso de la joven también se pronunció el subsecretario de Estado de Estados Unidos para Asuntos del Hemisferio Occidental, Michael G Kozak.
Declaró que el régimen de Castro “nunca carece de falsos pretextos para encarcelar a activistas por la democracia” y hasta hacen uso del COVID-19 como una excusa para sentenciar a la joven opositora.