A las plazas y calles donde los prointegristas protestan en Kiev les llaman Euromaidán (Maidán en ucraniano es Plaza).
Ucrania es el único país donde las aspiraciones a entrar en la Unión Europea se han cobrado vidas humanas.
Los malos hábitos, como los viejos, son difíciles de extirpar y eso lo vemos a diario en las autoridades ucranianas y rusas.
Éstos son los juegos más caros de la historia y los más militarizados. En Rusia se ha decretado el estado de sitio y seguirá así hasta el 21 de marzo.
La mayoría de los moldavos ven con esperanza la entrada a la UE y saben de los beneficios por sus vecinos rumanos.
En Volgogrado se han registrado dos atentados en dos días, tres en los últimos tres meses.
Klitschko es la cara más visible de la oposición ucraniana y la esperanza para culminar la revolución naranja.
Con escasos días de diferencia, Mijail Jodorkovski y las integrantes del grupo de rock Pussy Riot, Nadezhda Tolokónnikova y María Aliójina, respiraron en libertad.
Los tratados firmados en un tiempo por Moscú no contemplaban la presencia de misiles rusos en Kaliningrado.
En Bruselas ven las protestas como el genuino deseo de los ucranianos, en Moscú como un plan macabro de Occidente.
La temperatura política alcanza los mismos indicadores que en noviembre-diciembre del 2004, cuando la Revolución Naranja.
En Bruselas la reacción fue rápida. De Kiev se fueron los dos emisarios de la UE y se canceló el viaje a Ucrania del Comisario de Política de Vecindad.
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