Cuando en agosto 2006 asumió provisionalmente el poder por la enfermedad de Fidel, todavía Raúl era un signo de interrogación abierta, incluso para algunos de sus más allegados.
A los 34 años ya ocupaba el cargo más alto en un gobierno provincial, como secretario del Partido Comunista en Villa Clara. Fue el comienzo de una acelerada carrera política cuyo ascenso dura hasta hoy.
En la reconquista de la alianza con Rusia, Castro confió a su hijo la misión más delicada...
Mariela Castro Espín, hija de Raúl Castro, dijo en 2017 que nunca se dejaría nominar para una tarea tan grande como ser candidata a la presidencia de Cuba.
Comparadas con el inmovlismo totalitario de su hermano, las reformas de Castro cambiaron la fachada de la economía cubana, sin la profundidad y la urgencia que requería un país empantanado por décadas de planificación central, estatización y dependencia del exterior.
Un retroceso en las reformas que impulsó tras reemplazar a Fidel Castro hace una década, fue quizás la mayor decepción de muchos cubanos ilusionados con ver la luz al final del túnel.
Opositores muertos exigiendo derechos básicos, la muerte de otros más en circunstancias sin aclarar y decenas de activistas políticos apresados, liberados y vueltos a cambiar por otros para mantener las cárceles llenas, un saldo desalentador en el mandato de Raúl Castro.
Las tres generaciones de los Castro: abuelo, hijo y nieto compartieron el viaje al extranjero. El nieto fue cuidando al abuelo y el hijo ayudando a su padre.