The Guardian señala la baja tolerancia de la sociedad hacia los colaboracionistas, mientras continúa la guerra. El artículo de The Guardian cuenta las historias de ucranianos que cooperaron con Rusia, facilitando los movimientos de las tropas ucranianas y otra información secreta al enemigo. El periódico señala, basándose en las palabras de los propios prisioneros, que no cabe hablar de torturas ni abusos.