El gobierno de Honduras, aliado del régimen de La Habana, está fomentando la aprobación de un acuerdo de Cielos Abiertos con Cuba, cuyos detractores alertan que pudiera convertirse en otra vía de escape a la emigración desde la isla a los Estados Unidos y pondría en peligro la seguridad de Honduras.
Los convenios de Cielos Abiertos facilitan las decisiones sobre rutas, número de vuelos y alianzas entre aerolíneas y permiten un mayor número de vuelos internacionales de pasajeros y de carga entre los países firmantes.
El acuerdo bilateral firmado por Xiomara Castro y su canciller Eduardo Enrique Reina García el 12 julio de 2024 ahora debe ser aprobado por el Congreso Nacional y deberá quedar registrado ante la Organización de la Aviación Civil Internacional.
Entre otras facilidades otorga a ambos países "el derecho a efectuar vuelos a través de su territorio sin aterrizar y el derecho a realizar escalas en su territorio con fines no comerciales" y autoriza a las aerolíneas designadas por Cuba a realizar "servicios exclusivos de carga".
Además dispone que las aeronaves que sean explotadas por las líneas aéreas designadas para la operación de servicios aéreos internacionales, así como su equipamiento regular, piezas de repuesto, suministros de combustible y lubricantes, avituallamiento de aeronaves (incluidos la comida, bebida) a bordo de las mismas, estarán exentas de todos los impuestos, derechos de aduana, tarifas de inspección y otros cargos similares.
Fuentes del gobierno de Xiomara Castro han dicho que Honduras busca "fomentar el desarrollo de condiciones que permitan a los ciudadanos disfrutar de vuelos más accesibles y económicos hacia Cuba".
La ministra de Culturas, Artes y los Patrimonios, Annarella Vélez Osejo, dijo que podría transformar la conectividad aérea entre ambos países" y que "no solo beneficiaría a los viajeros, sino que también abriría nuevas oportunidades comerciales y culturales, promoviendo así un clima de cooperación mutua".
La oposición dice que este convenio puede aumentar la crisis migratoria en este país centroamericano, por el que han cruzado más de un millón de inmigrantes en su camino a EEUU en los últimos cuatro años.
El diario El Espectador cita la opinión de la diputada Merary Díaz, del Partido Nacional (PN) quien afirmó que “el acuerdo no beneficia al país y podría provocar un descontrol en la migración".
"Esto viene con otras intenciones, y hay que tener mucho cuidado”, afirmó la representante.
Otra legisladora, Claudia Ramírez, del Partido Salvador de Honduras (PSH) alertó sobre el riesgo de una migración desmedida en la región: “El problema no es el pueblo de Cuba, sino sus gobernantes. Esto abriría una frontera aérea para las naciones de izquierda del Medio Oriente. Estamos ante un Gobierno que carece de transparencia”.
Más allá de la discusión local entre las fuerzas políticas hondureñas, desde los Estados Unidos, la congresista cubanoamericana María Elvira Salazar alertó que el acuerdo terminaría fomentado una ola migratoria similar a la propiciada por el acuerdo de libre visado firmado entre Managua y La Habana en noviembre de 2021 y por el que han llegado cientos de miles cubanos a territorio estadounidense.
"La socialista Xiomara Castro sigue los pasos al dictador Ortega, usando la Inmigración ilegal como arma en contra de EE. UU., mientras ella y sus familiares se llevan su tajada. ¡LIBRE arriesga los beneficios que los hondureños reciben de EE. UU.!", escribió la representante republicana.
La Administración Biden ha tomado un grupo de medidas para contrarrestar el tráfico y la trata de personas, mediante restricciones de visas y sanciones financieras contra las empresas que alquilan vuelos y barcos para facilitar rutas de migración irregular peligrosas y también contra varios ejecutivos de agencias de viajes que se dedicaban a esta práctica.
El subsecretario adjunto de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental, Eric Jacobstein, aseguró en entrevista con Voz de América, que “la ruta migratoria establecida desde Cuba a Nicaragua por vía aérea está destinada al contrabando de migrantes; estos son vuelos chárteres que van a Nicaragua llenos a capacidad y regresan vacíos a Cuba”.
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