El secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, se reunió este martes a puertas cerradas con el canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, en la sede del Departamento de Estado en Washington, en medio de una investigación en curso sobre misteriosos "ataques" contra diplomáticos de la embajada de EEUU en La Habana.
Según la agencia Reuters, Tillerson dijo al Canciller Rodríguez que las autoridades cubanas tienen la obligación de proteger a los diplomáticos estadounidenses que están en la isla.
La cita tuvo lugar en el Departamento de Estado y duró casi una hora, tras la cual Rodríguez abandonó el edificio sin hacer declaraciones a los periodistas que le esperaban a la salida.
El encuentro marcó el contacto oficial de mayor nivel entre los Gobiernos de Estados Unidos y Cuba desde la llegada al poder del presidente Donald Trump, en enero, confirmó a EFE una fuente del Departamento de Estado.
Fue el Gobierno cubano quien solicitó la reunión, según adelantaron a EFE fuentes de la Embajada cubana en Washington y corroboró más tarde la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert.
La reunión del martes en Washington tuvo lugar después de un discurso pronunciado por el ministro de Relaciones Exteriores cubano en las Naciones Unidas la semana pasada, en el que criticó duramente al presidente Donald Trump y la política de su administración hacia la isla comunista.
Hace poco más de una semana, Tillerson informó que Washington está sopesando cerrar su embajada en La Habana después de la serie de inexplicables ataques.
En declaraciones al programa "Face the Nation", de la cadena CBS, el jefe de la diplomacia estadounidense dijo que un posible cierre de la embajada en Cuba está "bajo evaluación". Agregó que "es un asunto muy grave en el sentido del daño a su salud que ciertas personas han sufrido. Hemos tenido que traer a casa a parte de ese grupo", precisó.
El viernes siguiente, el canciller cubano consideró en Nueva York, adonde asistía a la Asamblea General de la ONU, que "sería lamentable que se politice” el asunto, pero reiteró que La Habana no cuenta con “evidencia alguna” que confirme las causas ni el origen de las afecciones a la salud reportadas por los funcionarios estadounidenses y canadienses y sus familiares.
“La investigación para esclarecer este asunto sigue en curso y para llevarla a término será esencial la efectiva cooperación de las autoridades estadounidenses”, afirmó Rodríguez Parrilla.
Desde fines del año pasado al menos 21 diplomáticos estadounidenses y cinco canadienses han sufrido síntomas y lesiones físicas, incluyendo trauma cerebral leve y pérdida de la audición, como resultado de lo que Tillerson ha descrito como "ataques a la salud".
Funcionarios de EEUU creen que los ataques pueden haber sido llevados a cabo con algún tipo de dispositivo sónico pero no han podido determinar la causa o quién está detrás de ellos. Cuba ha negado cualquier conocimiento o participación.
(Con información del Departamento de Estado, EFE, REUTERS y AP)