A la intemperie, sin alimentos ni atención por parte de las autoridades, permanecen unos 200 cubanos trabados en la localidad mexicana de Mapastepec, tras andar más de 100 kilómetros en una caravana que partió el pasado día 23 desde Tapachula, dos puntos del estado de Chiapas.
Las autoridades de esa ciudad chiapaneca no permiten que la caravana compuesta por 1,393 personas, incluidas familias con niños de países centroamericanos, continúe su rumbo norte, hacia la frontera con EEUU.
“Nos tienen cercados en un campo de fútbol, bajo sol y sereno. Policías por todas partes. No podemos movernos de aquí”, dijo a Radio Televisión Martí Alain Romero, que hace 5 meses y medio salió en travesía irregular desde Guyana.
“Es insoportable el calor”, se queja el habanero de 42 años cuando se refiere a las altas temperaturas que se están registrando en los estados del sur de México, del orden de los 40 grados centígrados.
Es la segunda caravana de migrantes encabezada por cubanos que no esperaron en Tapachula el documento de salida que autoriza transitar por México.
La oficina Regulación Migratoria cerró el pasado día 20 de marzo y muchos de los cubanos que permanecieron cerca de un mes en Tapachula quedaron sin dinero.
“Entre los cubanos hay mujeres y hombres, pero hay familias centroamericanas con menores de hasta dos meses”, relató el cubano.
Los migrantes se han acomodado como pueden, se resguardan del sol con pedazos de cartón y de nylon y algunos descansan en hamacas que traen en el viaje.
“Lo que veo es un terreno con ganado suelto”, dijo Ariel Guerra, que en el 2016 fue deportado desde Ecuador y recluido seis meses en Cuba.
“Me dijeron que estaban investigando y así pasaron 6 meses", añadió.
Las autoridades han recogido los nombres de los miembros de esta caravana con la promesa de encontrar una solución. Ninguno de los migrantes cuenta con un documento oficial que legalice su permanencia temporal en el país azteca.
En Ciudad Juárez, Matamoros, Nuevo Laredo, en algunos de los puentes que conectan con el estado de Texas, la aglomeración de extranjeros es de proporciones sin precedentes.
Si el migrante logra llegar a estos destinos deberá esperar por un turno, que puede demorar semanas, para presentarse ante un agente de EEUU y solicitar asilo político.
Por otro lado, el gobierno de EEUU ha reiterado su postura a favor de una emigración legal, segura y ordenada.