El director para las Américas de la organización vigilante de los Derechos Humanos Human Rights Watch, José Miguel Vivanco, considera que el giro del presidente Barack Obama en la política exterior de Estados Unidos hacia Cuba ofrece la posibilidad de lograr avances genuinos en materia de Derechos Humanos en la isla, pero lo condiciona a que el Gobierno de Estados Unidos actúe "inteligentemente".
En un artículo publicado por el diario chileno El Mercurio, Vivanco estima que el embargo estadounidense "no ha contribuido en absoluto a mejorar la situación de los derechos humanos en Cuba. Por el contrario, ha impuesto privaciones indiscriminadas al pueblo cubano y ha blindado al gobierno de Cuba de la crítica internacional".
Señala por otra parte que, "más allá de algunas reformas positivas implementadas en los últimos años, el gobierno cubano sigue estando involucrado en abusos sistemáticos destinados a castigar a críticos e impedir el disenso".
Tras tomar nota de las excarcelaciones de presos políticos de 2010 y 2011 "a cambio de que aceptaran exiliarse"; la menor frecuencia en la aplicación de sentencias prolongadas contra el disenso; y la autorización a críticos para salir de Cuba y regresar, el directivo de Human Rights Watch observa que han aumentado significativamente los arrestos arbitrarios y breves para impedir las reuniones o el desplazamiento de los disidentes, y confirma que "es común que los detenidos sufran golpizas, reciban amenazas y permanezcan incomunicados durante horas o días". El experto destaca, asimismo, las fuertes restricciones de acceso a la información para los cubanos, incluyendo a la internet con su elevado costo.
Vivanco asevera que la responsabilidad por la represión del disenso en Cuba corresponde únicamente al Gobierno cubano, pero cree que la nueva política de Obama abre una oportunidad única para avanzar en materia de Derechos Humanos, si Estados Unidos entiende que hay que trabajar multilateralmente.
"Si se involucra a las principales democracias de la región (…), es mucho más probable que esto obligue al gobierno cubano a mejorar su récord (...) Da la impresión de que Obama así lo entiende", estima el autor.
"Será un proceso largo y frustrante (...) pero sin ninguna duda, con la nueva política de Obama hacia Cuba, las condiciones son mucho más favorables para romper el hielo y empezar a ver avances", en la situación de los Derechos Humanos en Cuba, concluye diciendo el Director para las Américas de Human Rights Watch.
