La Audiencia de Las Palmas de Gran Canaria (España) solicitó una pena de siete años de cárcel para un enfermero cubano acusado de abusar de una paciente a la que habría realizado tocamientos mientras le hacía una cura de un quiste en el pecho y de otro en la ingle.
El inculpado, César Felipe H.W., de 48 años, se encuentra en la actualidad en prisión por otro delito de abusos a una menor por el que fue condenado en 2011 a dos años. Éste prestaba sus servicios, entonces, en el centro de Salud de San Fernando de Maspalomas, también en esta isla canaria.
El procesado se enfrenta a una pena de siete años, según la petición del Fiscal, al considerar convincente el relato de la víctima y que los hechos fueron corroborados por testigos de referencia así como por los informes de las psicólogas forenses, que lo califican de "coherente, congruente y válido". Por su parte, el enfermero negó ante el tribunal los tocamientos a la víctima argumentando que se limitó a curar a la paciente y que su actuación fue la normal, propia de la "idiosincrasia" cubana según recogió el diario local La Provincia.
Según este medio, durante el juicio sostuvo que "por mi idiosincrasia soy una persona amigable a la que le gusta relacionarse con la gente". El también admitió haber dirigido a la mujer frases cariñosas, al igual que al resto de sus pacientes, ya que son propias de su país, y que lo hace para tranquilizarles.
La paciente relató que el seis de mayo de 2011 acudió al ambulatorio para hacerse una cura en un pecho operado recientemente, aunque le comentó que tenía un quiste en la ingle y éste lo abrió para curarlo, momento en el que se produjo la supuesta agresión sexual. Según palabras de la mujer: "Me hizo ver que era una cura, pero eso no me lo puede hacer ni un ginecólogo. Abusó de mi confianza".
Esta misma manifestó que el enfermero le metió los dedos en la vagina y le tocó los pechos, y que se quedó bloqueada en el momento de los hechos, si bien fue consciente de que su actuación no era la debida y que estaba abusando de ella, informa Efe.
El Fiscal solicita que el acusado permanezca en libertad vigilada durante seis años y una indemnización a la víctima de 6.000 euros, así como que la prohibición de acercarse y comunicarse con ella por un periodo de ocho años.
Por su parte, la defensa pidió la absolución argumentando que el relato de la denunciante era incoherente y contenía numerosas contradicciones, además de que el informe de las psicólogas forenses sería incompleto al no reflejar que la mujer sufría de agorafobia.