El miedo al contagio por el virus que afecta a Cuba, los apagones, la falta de profesores y la insuficiente alimentación están llevando a que padres cubanos tomen la decisión de no enviar a sus hijos a la escuela.
Testimonios recogidos por Radio Martí ponen de manifiesto esta situación.
La activista Maidolis Perdomo, residente en Palmarito de Cauto, Santiago de Cuba, relató la situación en su localidad.
“Cuando el gobierno quiso restablecer la educación como tal, que lo publicaron en todos los medios que iba a empezar el curso escolar en la provincia Santiago de Cuba, tuvieron que parar porque los padres no mandaban los niños a la escuela. En toda una escuela iba un alumno. Llegó el momento que fueron cuatro, fueron cinco, y uno solo, y suspendieron por completo, porque nadie mandaba a sus hijos. En primer lugar, no había luz eléctrica; en segundo, no tienen nada que darle, y en tercero (...), hay muchos niños contagiados con el virus, con fiebres altísimas”.
Según medios oficiales, las actividades docentes en Santiago de Cuba fueron suspendidas el 29 de septiembre. La justificación fue las condiciones del tiempo que afectaban a la provincia, aunque los círculos infantiles continuaron prestando servicios.
La crisis del transporte público y la limitada distribución de uniformes y materiales escolares han convertido la asistencia diaria de los alumnos en un desafío para padres y estudiantes.
Los apagones prolongados son uno de los factores que más afectan en estos momentos, según dijo una madre desde La Habana.
“Cuando venga, a las 7 de la mañana, la luz, ellos tienen que dormir por lo menos 2 o 3 horas, y que vayan al mediodía a la escuela, porque esto es muy fuerte. Porque un día tú lo sientas, con más o menos una mala noche, pero 3 o 4 días seguidos... a mí no me parece”.
Por otra parte, las autoridades cubanas, incluida la ministra de Educación Naima Trujillo, reconocieron que el principal reto del curso 2025-2026 era la cobertura docente. La ministra admitió que no se alcanzó el 100% de las plazas en ninguna provincia y que el occidente del país enfrentaba los mayores déficits.
“Cuando un niño no duerme bien, cuando un niño no descansa, cuando no tengo desayuno, merienda... tampoco lo mando a la escuela”, explicó Nuria, una madre camagüeyana.
La periodista independiente Yunia Figueredo, desde La Habana, compartió su situación personal. “La niña lleva ya más de veinte y pico de días con el virus. No ha ido a la escuela desde septiembre. En septiembre comenzó la escuela, pero comenzaron con tremenda falta de profesores”.
Figueredo aseguró que la falta de medidas higiénico-sanitarias en las escuelas hace que los padres teman por la salud de sus hijos.
“Hay padres que los veo ahí, hablando, que no van a mandar a sus hijos a la escuela, porque la escuela también está en un estado que no han ido ni a fumigar, la hierba altísima, todo es un caos. No tienen ni mesa, no tienen sillas. Los tienen metidos a todos en una biblioteca, al lado del hierbazal, donde es un peligro”.
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