MIAMI, EEUU — El exilio cubano en Estados Unidos está ultimando los preparativos para sumarse a la “Marcha Cívica por el Cambio”, la manifestación prevista para el 15 de noviembre en la que se espera que miles de cubanos tomen las calles de la isla para protestar contra el Gobierno de Miguel Díaz-Canel.
La ciudad de Miami, en Florida, considerada la capital de la diáspora cubana, está liderando las marchas que se van a organizar en todo el país en apoyo a las de la isla.
Ramón Saúl Sánchez, un destacado activista cubano, dijo estar convencido de que estas movilizaciones representan “un punto de inflexión en el devenir de la tiranía castrista” ya que, en su opinión, “se ha demostrado que la voz del pueblo es muy poderosa” y confía en que el 15N se convierta en una marcha histórica.
“Ese día debemos tener los ojos sobre Cuba y tenemos que decirle también al mundo que queremos el fin de ese régimen, que queremos lo que ellos piden: el fin de la violencia y una Cuba democrática y de respeto a los derechos”, manifestó en declaraciones a la Voz de América.
El papel de los jóvenes
En ese sentido, Sánchez destacó el papel “importantísimo” que están jugando los jóvenes exiliados cubanos y los cubanoamericanos que también están “muy comprometidos con la causa cubana”.
“Una sorpresa para la dictadura es que con el nuevo hombre y mujer que ellos pretendían haber creado les salió el tiro por la culata, les salió respondón, les salió disidente, contestatario y con la esperanza de una Cuba de cambio”, comentó.
Ese movimiento se ha consolidado en el grupo “Archipiélago”, impulsado por el dramaturgo Yunior García, que a través de las redes sociales quiere sentar las bases de un espacio donde puedan confluir todas las voces e ideologías para buscar soluciones a la crisis política y social que hay en Cuba.
“Los jóvenes han despertado”
La participación de jóvenes cubanos o descendientes también ha sorprendido a las filas de exilio cubano y están convencidos de que “ellos también han despertado sobre lo que representa la dictadura de los Castro”.
Félix Llerena es uno de ellos. Hace cuatro años llegó al sur de la Florida huyendo de la represión en su país. “Fui activista en Cuba, fui expulsado de la universidad y fui reprimido, así que tuve que salir al exilio, al destierro prácticamente”, decía el joven de 20 años.
El también embajador juvenil de la organización estadounidense “Youth and Democracy in the Americas” (“Juventud y Democracia en las Américas” en español) reconoce que “la apatía y el desinterés” por parte de los jóvenes siempre ha golpeado a las generaciones cubanas más mayores “que fueron los que empezaron esta lucha”. Pese a todo, celebró que en los últimos tiempos, la situación se ha revertido y ahora más jóvenes se han sumado a esta marcha.
“Las razones históricas, tanto dentro como fuera de Cuba, nos han exigido sumarnos a esta lucha. Primero porque nos duele lo que pasa en nuestro país y segundo porque muchos, como yo, hemos hecho activismo dentro de la isla, hemos llegado a este exilio y hemos continuado ese activismo”.
Muchos jóvenes creen que ahora hay un punto de inflexión
La exiliada Anisley Pérez, que en septiembre realizó una huelga de hambre frente a las puertas de la sede de las Naciones Unidas en Nueva York para reclamar apoyo del organismo para el tema de Cuba, aseguró que la histórica marcha del 11 de julio hizo que muchos otros jóvenes del exilio quisieran unirse a la causa.
“Lo que los motivó (a los jóvenes cubanos y cubanoamericanos) fue ese despertar del 11 de julio que marcó un antes y un después en nuestra historia. Ese despertar que vieron jóvenes, niños… y doy gracias a Dios de que niños nacidos en Estados Unidos pero de padres cubanos recibieron el mensaje de la necesidad de una democracia en nuestro país”, comentó ella.
Las protestas del 11J tuvieron un gran impacto internacional ya que muchos consideraban que marcarían un punto de inflexión en el rumbo de Cuba. No se habían visto manifestaciones masivas en la isla desde la protesta en el verano de 1994, que se conoció como el “Maleconazo” y que terminó en un éxodo masivo hacia EE. UU. catalogado como "la crisis de los balseros".
Denuncias a la creciente represión en Cuba
Ramón Saúl Sánchez, también presidente de la organización Movimiento Democracia, que lucha por los derechos humanos en la isla, lamentó la nueva ola de represión que se ha intensificado en el país caribeño desde el 11 de julio.
“Ellos, obstinados con el fanatismo ideológico, están creando todas estas turbas armadas de porras y clavos para golpear salvajemente a la población" y silenciar "la voz de esa juventud y también del resto del pueblo de Cuba”, declaró, advirtiendo que “la dictadura de Cuba va a intensificar la represión" el 15 de noviembre.
Marchas en todo EE.UU.
El domingo 14 de noviembre, un día antes de la marcha oficial, está prevista una concentración en el centro de Miami para dar apoyo a sus compatriotas dentro de la isla caribeña.
En Washington, Nueva York, Charleston, Austin, Naples, Filadelfia, Portland, Tampa, Los Ángeles, Las Vegas, Rochester y Orlando también se celebrarán diversas actividades en apoyo a la marcha.
Reacción del Gobierno cubano
Por su parte, el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel ha criticado duramente a los manifestantes al considerar que la marcha prevista para el 15 de noviembre “es una provocación” y “un desafío a las autoridades” cubanas en tanto que “no es más que una escalada en el modo de actuar contra la Revolución (cubana)” con el apoyo, a su parecer, de Estados Unidos.
“Es un plan orquestado, se involucran tanques pensantes y portavoces del Gobierno de Estados Unidos en la concepción y preparación de estas acciones”, manifestó, al tiempo que advertía de consecuencias contra aquellos que decidan marchar ese día.