Las medidas establecidas para frenar el avance del COVID-19 en las provincias de La Habana y Santiago de Cuba, dos de las más afectadas, no son suficientes, consideraron cubanos consultados por Radio Televisión Martí que responsabilizan al gobierno por el incremento de los contagios.
El último parte del Ministerio de Salud Pública informó de 175 nuevos casos detectados en la capital del país, donde este martes entraron en vigor medidas restrictivas para evitar el avance del coronavirus.
"Estamos en esta situación por culpa del gobierno, que no ha garantizado nada para evitar las aglomeraciones sociales que se forman cuando la gente sale a hacer colas para comprar alimentos, o cuando necesitan usar el transporte público para trasladarse”, dijo la activista Ariana Mena, residente en La Habana Vieja.
"Yo estoy muy preocupada, hay contagiados en todas partes, incluso aquí, al lado de mi casa, hay tres casos" señaló la activista, madre de dos adolescentes, una de ellas embarazada.
Aunque el gobierno contempló entre las medidas limitar el transporte público entre las 5:00 am y las 9:00 pm, “eso no surtirá efecto”, dijo el periodista independiente Enrique Díaz.
Los problemas de transporte son muchos, apenas hay circulación de guaguas en la ciudad y a la hora de abordarlas "son cientos de personas que están unos arriba de los otros, por eso no hay forma de evitar el contagio", precisó Díaz.
Otra preocupación de la población, señaló el reportero, "es que hasta los que no están haciendo negocios andan circulando por las calles a toda hora”.
La falta de control de las autoridades sanitarias es evidente, agregó el comunicador.
En Santiago de Cuba, donde se reportaron en las últimas horas 91 casos positivos, el panorama, según la activista Yusmila Jessica, residente en el reparto Antonio Maceo, es similar al de la capital.
La prensa oficial informó que el MINSAP envió a la provincia un equipo de especialistas para apoyar en las labores de enfrentamiento a la pandemia y encontraron irregularidades, entre ellas, la ineficiente realización de pesquisas, informó la prensa oficial.
“Las pesquisas (para detectar contagiados) no las hacen siempre. También hay aglomeraciones en las paradas de ómnibus, y en las tiendas las colas son permanentes” precisó la activista.
Otro de los serios problemas que enfrentan los residentes en ambas provincias es la escasez de desinfectantes y de agua.
En Santiago de Cuba "el pomito de agua con cloro" para la limpieza y desinfección es muy caro, y no todos pueden comprarlo, y “he visto que algunos ponen en la puerta de su casa un cartelito diciendo 'no se reciben visitas'”, como forma de evitar el contagio, dijo Jessica.
En La Habana Vieja, el problema con el agua "es eterno, y por lo general la ponen un día sí y dos no", lo que dificulta la higiene, tanto en las casas como en las calles, agregó Mena.
Otra de las preocupaciones de la ciudadanía es la entrada del turismo después de la apertura de los aeropuertos y los vuelos internacionales.
Las autoridades sanitarias para poder controlar la pandemia persisten en el uso obligatorio de la mascarilla o nasobuco, las pruebas obligatorias de PCR y suspensión de vuelos internaciones y dentro del país.
“Ellos (se refiere al gobierno) aplican con fuerza esas medidas de control y multas contra los nacionales, sin embargo, “lo turistas sí pueden andar por todas partes sin mascarillas y nadie les dice nada”, señaló Mena.
La activista reside en un área eminentemente turística y asegura que observa a los visitantes “que andan por las calles a toda hora sin protección”.
Este jueves, en el reporte del MINSAP, se confirmaron 505 contagiados en todo el país, de ellos 33 con fuente de infección en el extranjero.
(Incluye reporte de Ivette Pacheco para Radio Martí)
