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Opositor liberado tras ocho meses preso relata infierno vivido en cárcel cubana


Ovidio Martín Castellanos, coordinador de UNPACU golpeado el jueves 20 de abril de 2016. Foto de Archivo cortesía UNPACU.
Ovidio Martín Castellanos, coordinador de UNPACU golpeado el jueves 20 de abril de 2016. Foto de Archivo cortesía UNPACU.

"Usted me está amenazando y yo le voy a decir en respuesta a su amenaza ¡Abajo las cenizas de Fidel!, ¡Abajo Raúl! , ¡Abajo el comunismo! Y entonces me tienen que matar”, comentó el opositor sobre la discusión con un jefe de los carceleros en Santiago de Cuba..

Como un infierno bajo la total impunidad de las autoridades cubanas, así describió este lunes a Martí Noticias el opositor Ovidio Martín Castellanos su estancia por ocho meses en la cárcel Mar Verde, en Santiago de Cuba, donde estuvo recluido bajo el supuesto delito de "atentado".

Martín Castellanos fue detenido el 19 de agosto de 2017, en las cercanías de un río en el municipio San Luis.

Unos cuarenta activistas de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) compartían con sus familiares, cuando en medio de una provocación de agentes vestidos de civil, "a un activista de los nuestros que estaba filmando el entorno le arrebataron el teléfono y le dieron un golpe”, corroboró este lunes Castellanos.

Lo que siguió fue relatado por varios opositores y familiares del activista, una golpiza delante de todos que le provocó una herida en la frente, la detención de varias mujeres que incluso llevaban niños, y el traslado de Martín Castellanos hacia la unidad provincial conocida como la Motorizada, luego hacia las cárceles de Aguadores y Mar Verde, en donde fue liberado el pasado sábado sin que consten cargos contra él.

De una unidad policial a otra

Martín Castellanos relató este lunes como ocurrió su traslado desde la Unidad Provincial de Patrullas (conocida como la Motorizada) a operaciones de Seguridad del Estado, y de ahí a las cárceles de Mar Verde y Aguadores.

“Nos llevan hacia una unidad cerca del lugar, en San Luis, y la policía no acepta que estemos allí, que no quieren que estemos allí, y nos vamos para Santiago”, señala.

En la mañana del domingo, desde la unidad la Motorizada “me sacan de manera muy intrigante, como… como un secuestro. Me cargaron unos policías, amarrado con esposas y todo, y me sacaron escondido de esa unidad, pararon el tránsito, una intriga enorme”, explicó Martín.

El opositor, ahora excarcelado, es miembro del ejecutivo nacional de UNPACU y coordina la organización en la región oriental, de la que es su coordinador general José Daniel Ferrer.

Martín Castellanos dijo que en la unidad de operaciones intentaron que firmara un documento que lo inculpaba del delito de atentado, una figura jurídica que es regularmente aplicada a opositores pacíficos.

“Fue un mayor, instructor policial, llamado Hermes, que decía que yo con las manos detrás, había golpeado con la cabeza a un policía. Siempre se los dije y se los dejo bien claro: por mi mente no ha pasado nunca levantarle la mano a nadie. Pero sí me voy a manifestar en contra de todo tipo de violaciones, cueste lo que cueste (…). Les dije que no aceptaba ningún documento, ningún cargo y no lo firmé”, señaló Martín.

Bajo un auto de prisión preventiva fue depositado en la prisión Aguadores, contó este lunes notablemente exaltado por estar entre sus familiares más allegados.

En Aguadores, dijo Martín Castellanos, fue recibido por un capitán que es reconocido por su brutalidad contra los reclusos e intenta imponerle la ideología que impera en el régimen penitenciario.

“Me dice: ‘fíjate, aquí todo el mundo es revolucionario, eso que tú hacías de ese portón para allá, aquí tienes que acogerte al régimen penitenciario, aquí no hay contrarrevolucionarios, aquí no hay nada. Entonces le digo, usted me está amenazando y yo le voy a decir en respuesta a su amenaza ¡Abajo las cenizas de Fidel!, ¡Abajo Raúl! , ¡Abajo el comunismo! Y entonces me tienen que matar”, comentó el opositor.

Martín Castellanos contó que entonces fue conducido a una celda tapiada, donde permaneció incomunicado, y que recibió la visita allí del mencionado capitán sin que hubiera pasado de unas cuantas amenazas. Luego de varios días fue conducido a la prisión de Mar Verde.

Mar Verde: llegada al infierno

Martín Castellanos contó que en Mar Verde las golpizas a los presos son cotidianas. “Los amarran con esposas y los golpean por cualquier tipo de gesto que haga el preso”.

“Allí pude ver el caso de Frank David Jiménez, de 25 años de edad, que tuvo un problema con otro recluso y entró la policía (oficiales de Orden Interior) y lo sacaron de una manera brutal y le dieron una paliza enorme. Lo golpearon que eso fue terrible”.

“Los pelotones de guardia son organizados para imponer que ningún preso pueda quejarse por la mala alimentación que tiene, la falta de asistencia médica que hay en el lugar. Hay presos con dolores, con situaciones de salud terribles, y hay algunos que tienen que ser operados e intervenidos quirúrgicamente, y llevan meses y hasta años y ellos (los funcionarios) se demoran, no les interesa esta cuestión”.

Ovidio contó que conoció que decenas de presos “están mal sancionados, con años echados por cosas que son simples y hasta se ven obligados a delinquir. El cubano tiene que delinquir para poder llevar a la mesa, tiene que violar las leyes para comer, no hay un salario justo. Este sistema lo ha hecho así para que todo el mundo se sienta comprometido y sienta miedo nada más que cuando un policía lo mira”.

“De un promedio de mil hombres, la mayoría son jóvenes. Donde les dicen que van a pasar por escuelas, que es totalmente un fraude, no hay tales escuelas, que les van a enseñar ciertos oficios, les dan incluso diplomas sin saber siquiera poner un ladrillo”.

Un caso particular

Otro caso documentado por Martín Castellanos es el de Jorge Enrique Guerra García, un joven que, según supo, lleva varios años en silla de ruedas.

“Es un joven rebelde al sistema, que no está de acuerdo con el régimen. Es parapléjico, hace casi dos años está orinando la sangre, ha buscado la manera de que le resuelvan esta situación y el jefe del Puesto médico, de apellido Yero, que es el encargado de resolver los medicamentos, y le dice que no hay, y él le ha dicho: ‘seguramente si yo fuera un familiar cercano de los Castro, ese medicamento no me faltaría”.

Martín castellanos aseguró que al recluso Guerra García le impiden hacer llamadas telefónicas o le cortan la comunicación, porque en varias ocasiones ha intentado exponer su caso ante UNPACU para que sea divulgado por varios medios de prensa.

Martín Castellanos concluyó que aunque fue liberado a través una medida cautelar, y no será juzgado, tampoco hará ningún tipo de gestión legal para impugnar al Estado, debido a la impunidad con la que dirigen el país.

“Esta es la manera, y seguir ejerciendo mi derecho como cubano, como ciudadano, con mi resistencia y mi desobediencia”, asintió.

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Puede escuchar la entrevista completa en el programa Contacto Cuba, por Radio Martí, a las 3:30 PM.

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