La Alianza por la Libertad Global reiteró, este lunes, su pedido al gobierno de Estados Unidos de que sancione a la Oficina de Atención a los Asuntos Religiosos, del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, por su anuencia a la persecución religiosa en la Isla.
“Sin ninguna duda, la guerra contra personas de fe continúa en la Cuba comunista, y al centro de ese sistema de represalias contra las religiones está la Oficina de Asuntos Religiosos del Partido Comunista”, manifestó a Radio Televisión Martí, Jason Poblete, presidente de la organización, que tiene su sede en Washington, DC.
Desde el año 2019, la Alianza por la Libertad Global está buscando que se tomen medidas contra esta dependencia del partido único que en lugar de proteger a los feligreses cubanos acata los dictámenes del régimen para reprimirlos y hostigarlos, según han denunciado pastores de diferentes confesiones de fe desde Cuba.
Alain Toledano, que conduce la Iglesia Apostólica Emanuel de Santiago de Cuba, dijo hace pocos días a nuestra redacción que “en estos momentos el régimen está decomisando los terrenos, las casas, demoliendo los templos a todas las instituciones cristianas: metodistas, apostólicas, proféticas, bautistas, pentecostales, contra todo lo que sea objeto de culto, contra los líderes de influencia. Están regulando, es decir prohibiendo salir del paí; deteniendo y desacreditando a ministros de todas las instituciones, incluso a las reconocidas por el gobierno. No es un problema contra fulano o mengano, es un ataque contra la Iglesia. Se llama persecución religiosa”.
En este sentido, Poblete puntualizó que la Alianza por la Libertad Global continuará “desenmascarando los crímenes perpetuados en contra de creyentes a través de la isla y exigiéndole y pidiendo al gobierno norteamericano y sus aliados que se impongan sanciones económicas a la Oficina de Asuntos Religiosos y a otros personajes del sistema que estén ayudando en estas represalias”.
El pasado 30 de octubre, las autoridades cubanas demolieron un templo liderado por el reverendo Faustino Palomo, perteneciente a la denominación Asambleas de Dios. El pretexto usado esta vez fue que por el terreno donde estaba construida la casa de culto pasaría una vía férrea con vistas a la rehabilitación de la fábrica de cemento de Santiago de Cuba.