Rusia inició este martes una nueva fase en la guerra contra Ucrania, coincidieron en señalar ambos gobiernos tras el aumentos de los ataques en la región oriental de Dombás.
“Ahora, ya podemos afirmar que las tropas rusas han comenzado la batalla por el Dombás, para lo cual se han estado preparando durante mucho tiempo”, dijo el presidente de Ucrania Volodymyr Zelenskyy en la noche del lunes.
El Kremlin, por su parte, no dejó lugar a dudas, tras declarar que su principal objetivo era capturar el Dombás, una pieza vital de Ucrania. Añadió que sus fuerzas atacaron más de 1.200 objetivos con misiles y artillería durante la noche, incluidas decenas en el este de Ucrania.
Capturar la región oriental dividiría a Ucrania en dos, y la privaría de sus principales bienes industriales concentrados en el este, incluidas minas de carbón, plantas metalúrgicas y fábricas de máquinas, subraya un reporte de la agencia de noticias AP.
Las fuerzas rusas “siguen fijando las condiciones para lo que creen será un éxito futuro sobre el terreno al poner más fuerzas, poner más facilitadores, poner más mando y capacidad de control para operaciones aún por venir”, dijo el lunes el secretario de prensa del Pentágono, John Kirby.
Mientras, los combates continuaban en Mariúpol, una ciudad portuaria en la región que las fuerzas de Moscú tienen sitiada desde los primeros días de la guerra. Rusia hizo este martes un nuevo ultimátum para reclamar la rendición de las tropas ucranianas allí atrincheradas, pero como en todas las ocasiones anteriores no recibió más respuesta que la resistencia.
De conquistar Mariúpol, Rusia liberará tropas para utilizarlas en otra parte del Dombás, privará a Ucrania de un puerto crucial y establecerá una conexión terrestre entre Rusia y la península de Crimea, anexionada de Ucrania en 2014, advierte la AP.
ONU pide pausa humanitaria
En medio de la nueva ofensiva rusa, el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, pidió este martes una “pausa humanitaria” de cuatro días en las hostilidades en Ucrania, a partir del jueves, 21 de abril, para coincidir con los oficios de Semana Santa de los cristianos ortodoxos.
“El ataque violento y terribles estragos en civiles que hemos visto hasta ahora podrían palidecer en comparación con el terror que está por venir. No se puede permitir que esto suceda”, dijo Guterres, y pidió a las partes en conflicto “silenciar las armas de fuego y forjar un camino hacia la seguridad para tantas personas en riesgo inmediato”.
La pausa en las hostilidades permitiría hacer llegar apoyo humanitario a lugares como Mariúpol, Donetsk, Lugansk y Jersón, donde alrededor de cuatro millones de personas necesitan desesperadamente esa ayuda, señaló el máximo representante de la ONU.