El diario estadounidense The Washington Post publica este lunes una crónica sobre el drama de una madre cubana exiliada con un hijo preso en la isla tras el multitudinario levantamiento popular del 11 de julio contra la dictadura comunista.
Aime Linares marca el teléfono celular de su hijo todos los días, pero él nunca contesta. No ha hablado con Nosley Lázaro Domínguez desde poco antes de que fuera arrestado a mediados de julio durante las enormes protestas a favor de la democracia en Cuba, asegura el diario.
“Simplemente suena y suena”, dijo Linares. "No espero que él responda más. Pero quiero que conteste uno de ellos, una de las personas que lo retienen. Y cuando lo hagan, les diré que son monstruos".
Cientos de activistas, periodistas y otros ciudadanos han sido detenidos desde las históricas manifestaciones del mes pasado, que llevaron a miles a las calles para pedir libertad, recuerda el reporte, firmado por la periodista Lori Rozsa.
La represión en curso, añade, ha sacudido a la comunidad de exiliados cubanos de este país, que sigue profundamente conectada con la isla. Los familiares y amigos están desesperados por saber si sus seres queridos detenidos están a salvo. Muchos se preguntan si volverán a tener noticias de ellos.
“Las familias están preocupadas y asustadas porque saben lo que puede pasar en una prisión cubana”, dijo al Post Gus García, cofundador de la organización sin fines de lucro Movimiento Democracia de Miami. "Están aterrorizados".
Linares ha estado revisando las cuentas de las redes sociales en busca de menciones de su hijo, que trabaja en tecnología de la información en un hospital. Está pidiendo a sus amigos tanto de Estados Unidos como de Cuba detalles sobre los detenidos que han sido liberados y que pueden haber visto al joven de 29 años en la cárcel de La Habana, asegura el diario.
Según The Washington Post, un hombre que fue liberado le dijo a Linares durante una breve conversación, tres semanas después de su propio arresto, que Domínguez necesitaba atención médica “porque le faltaba oxígeno y estaba en malas condiciones”. La esposa de Domínguez, que está embarazada de su segundo hijo, no logró hallarlo cuando fue a la prisión donde el otro detenido había dicho que se encontraba.
"Eso es todo lo que sabemos", dijo hace varios días su prima, Oledys Linares. Desde Miami, había estado siguiendo su video en tiempo real el día de las protestas hasta el momento en que alguien con uniforme verde lo agarró.
"Es tan aterrador pensar en lo que le podría pasar", agregó Oledys, quien salió de Cuba hace una década. "Nuestra fe es fuerte, pero esto es muy difícil", recoge el diario.
El escrito recoge el caso de otros cubanos detenidos con familiares en el exilio, o residentes en el exterior, como el del ajedrecista cubano-español Arian González, de 35 años, quien se encontraba en la isla visitando a su abuela cuando fue arrestado.
González fue puesto en libertad bajo arresto domiciliario luego de 11 días y ahora enfrenta un juicio por el delito de "falta de respeto", según un informe de los medios locales.
El Post destaca el esfuerzo de la consultoría jurídica Cubalex y otros grupos que actualizan en tiempo real listas de las personas detenidas o desaparecidas el 11J.
Según el reporte, el abogado de Miami, William Sánchez, está trabajando con Gus García para recopilar declaraciones de miembros de la familia sobre sus últimos contactos con familiares. Hasta ahora, dijo, tienen 500 nombres. Sin embargo, conseguirles ayuda legal es difícil. “No tenemos jurisdicción allí”, dijo al diario estadounidense.