El preso político Virgilio Mantilla Arango continúa internado en el hospital de la prisión de Kilo 8, en la ciudad de Camagüey, en delicado estado de salud y sin los medicamentos necesarios.
Aun así, la Seguridad del Estado mantiene el hostigamiento en contra del prisionero político, según denunció él mismo en una llamada telefónica realizada este domingo con Jiordan Marrero Huerta, presidente del Partido Demócrata Cristiano en el territorio agramontino.
“Ellos son unos dictadores. Ayer estuvo Joan, el de la Seguridad, por aquí. Vino con un Instructor para hacerme preguntas de que si yo pertenezco a esta organización o a la otra. Yo he pertenecido a todas”, respondió Mantilla Arango, enumerando muchas de las organizaciones que han hecho resistencia al régimen castrista dentro y fuera de Cuba.
“¡Llevo tantos años en esto! Aquí no hay justicia. ¿Qué más que los dos juicios estos últimos que yo he tenido, sin causas, sin motivos… De tanto amar a mi Patria, y de tanto quererla, los hijos soberbios de Ella me han hasta dañado mi salud”, exclamó conmovido el líder opositor camagüeyano.
“Ellos pueden hacer lo que quieran, me podrán matar, pero mi espíritu seguirá estando vivo y fortalecido en la fe de la libertad”, afirmó Mantilla Arango.
“Todavía estoy aquí en el hospital, con Omeprazol (protector de las vías digestivas) nada más hace como 12 días; no me han dicho más nada”, relató Mantilla Arango. Añadió que, desde el pasado sábado, está padeciendo de intensos mareos producidos por “la separación (de las vértebras) de la cervical, la hernia, la artrosis”.
Según dijo el opositor, los agentes de la policía política manejan su caso como si fuera “secreto de Estado”, porque ni siquiera de han dado el CD con los resultados de la Resonancia Magnética que se le realizó, “ni la placa (radiografía) me la enseñan a mí, eso es entre ellos”.
Virgilio Mantilla Arango, líder de la organización opositora Unidad Camagüeyana por los Derechos Humanos, cumple una condena de tres años y tres meses por el supuesto delito de “Daños a la propiedad” tiene serios problemas de salud, y ya fue condenado en tres oportunidades anteriores por razones políticas, encubiertas con delitos comunes y en turbios procesos judiciales.
(Con reporte de Tomás Cardoso para Radio Martí)