Abundan ya en la blogosfera, con esa trivialización del conocimiento que la caracteriza, las campanas al vuelo por el nuevo signo de apertura del Raulismo.
Todo está en diferenciar el engaño de la realidad...
Al terminar el estado de excepción entre Cuba y Estados Unidos, se abrió la puerta a la aceptación del régimen como una “normalidad” atípica en el continente y también en el mundo.
El régimen castrista aprovechó para mostrar el rostro de la "familia", incluido el brazo fuerte de las turbas rompe-foros.
En lo que hoy día se da en llamar pomposamente "real politik", siempre prima lo segundo por encima de lo primero.
Leffler ha viajado unas cuantas veces a Cuba y, hasta ahora, no ha mostrado ningún interés en reunirse ni siquiera con los ganadores del Premio Sajarov del Parlamento Europeo.
Corrupción policial, predominancia del dinero sobre la ideología o el sentido del deber "revolucionario", el daño colateral que está sufriendo el Raulismo, las verdaderas fisuras de su poder real.
En cierto sentido, esto representa una reedición de la Guerra Fría bajo otros parámetros, que son los de los negocios.
Todo parece indicar que al final, para saber si en la lista de los 53 liberados "son todos los que están y están todos los que son", habrá que contratar al mismísimo Hércules Poirot.
Bruguera le hizo su regalito a la UNEAC, y la Prima Maradonna intenta hacerle el suyo a su partenaire, el Coma Andante, con la grabación de su programa A la Zurda en La Habana.
No hay nada nuevo en propiciar oportunidades a los grupos desfavorecidos en cualquier sociedad, situación que se hace más grave en Cuba puesto que los marginados lo están simple y llanamente por ejercer un derecho consagrado en a Declaración Universal de los DD HH.
Los cambios no ocurren en espacios virtuales o a partir de élites de ningún tipo, sino cuando el pensamiento se traduce en acción, y esta acción se expresa a través de un auténtico poder en números de ciudadanos manifestando su voluntad.
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