La organización Prisoners Defenders denunció ante el Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas la situación de los menores detenidos en Cuba tras las protestas del 11J.
La investigación “Violaciones sistémicas a los derechos del niño en Cuba” destaca los perfiles de los menores de edad procesados por los tribunales, después del estallido popular.
“Hemos presentado 36 casos de niños y niñas procesados penalmente por motivos de conciencia, lo que viola la Convención de los Derechos del Niño. De ellos, hemos podido analizar jurídicamente 22 casos, con todo detalle. Otros 14 se han identificado, enumerado y descrito someramente”, explicó Javier Larrondo, presidente de Prisoners Defenders.
Además, el informe denuncia “la separación familiar de niños de sus padres, de forma forzada, ejecutada sistemáticamente por Cuba, y que está generando un río de enfermedades emocionales, mentales y físicas”.
“Hemos puesto en manos el Comité la demostración irrefutable de la separación forzosa de más de 5.000 niños, una auténtica pandemia sobre la infancia, generada por la represión del régimen de Cuba para castigar a los padres trabajadores en el extranjero, que deciden no trabajar más en condiciones esclavas para el Estado, prohibiéndoles volver a Cuba”, añadió Larrondo.
La raza de los “delincuentes”, según La Habana
En respuesta al Comité de los Derechos del Niño de la ONU, el régimen cubano asegura que entre 2017 y 2019 “se atendieron 2.231 menores” implicados en hechos delictivos, “mayormente varones entre 14 y 15 años de edad, mestizos y negros que cursan el nivel medio de educación”.
“Cuba ha respondido con una descripción insultante de los menores”, reaccionó Larrondo.
En su contestación a la ONU, La Habana califica de “incompletos” y “disfuncionales” los medios familiares de los menores afectados. Cita la “ausencia del padre” y “fallas en el uso de los métodos educativos y de control en las actividades de los hijos menores de edad; así como la existencia de indicadores de violencia intrafamiliar, como riñas o malos tratos y el consumo de alcohol”.
“Es decir, que la culpa es de los padres. Sin embargo, como es bien sabido, la ausencia parental, si existe en esos casos, se debe a la miseria y a la represión causada por el Estado, que obliga a emigrar para sobrevivir”, respondió el presidente de Prisoners Defenders.
Y añade que “no hay fallas en el uso y aprovechamiento del sistema educativo, sino en el propio sistema educativo, que se cae a pedazos desde hace ya muchos años y que instruye en el odio y la violencia contra el vecino que piensa diferente”.