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Vuelos caros y cucarachas en los hoteles hunden al turismo ruso en Cuba


En Jardines del Rey los turistas rusos.
En Jardines del Rey los turistas rusos.

El turismo ruso a Cuba enfrenta un declive histórico, con una caída cercana al 50% en 2025. Solo 58.300 turistas rusos visitaron la isla, una cifra muy por debajo de los 185.000 registrados el año anterio.

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El turismo ruso a Cuba se desploma casi 50% en 2025 por altos costos de vuelos y reducción de conexiones aéreas y atraviesa su peor momento en años. Entre enero y septiembre de 2025, la llegada de visitantes desde Rusia cayó un 41%, y las ventas de paquetes turísticos se desplomaron casi un 50% respecto al año pasado, según datos de la PogranSluzhba (Servicio Federal de Fronteras de Rusia) y reportes de Interfax, la Unión Rusa de la Industria de Viajes (RST) y diversos turoperadores.

los vuelos hacia la isla son escasos y extremadamente costosos

La causa principal es contundente: los vuelos son escasos y extremadamente costosos, en muchos casos más caros que el propio alojamiento. La caída es abrupta, de 185.000 turistas a poco más de 58.000. El pasado año Cuba había recibido 185.000 turistas rusos, consolidándose como uno de los mercados más importantes para el régimen cubano. Sin embargo, entre enero y septiembre de 2025, solo 58.300 rusos viajaron a la isla, frente a los casi 100.000 del mismo periodo del año anterior.

Se trata de un desplome sin precedentes, que golpea directamente uno de los pocos mercados que La Habana había logrado sostener tras la pandemia y la pérdida del turismo europeo.

De Rusia a Cuba y sin Aeroflot o Cubana

Según explicó a Interfax Filip Obruchev-Mironov, director comercial de Intourist, la caída está vinculada a una “tormenta perfecta” en la aviación rusa. Las causas que enumera son la menor disponibilidad de aviones de largo alcance, desviados hacia rutas a Asia, los altos precios de los boletos a Cuba, que han aumentado de forma exponencial y la falta de bloques de asientos que en años anteriores reducían costos. “Los precios del pasaje superan varias veces el costo del hotel”, señaló Obruchev-Mironov.

Aun así, insistió en que Cuba sigue siendo un destino “querido” por los rusos y uno de los pocos países del hemisferio occidental con vuelos directos desde Moscú. Los vuelos a Cuba los dominan empresas como Rossiya Airlines desde Moscú a La Habana y Varadero y Conviasa desde San Petersburgo a Varadero.

Turoperadores como Fun&Sun, Anex Tour y PAC Group coinciden en que el interés por Cuba permanece estable. Los viajeros consultan paquetes, preguntan por disponibilidad en Varadero y La Habana, e incluso mantienen una demanda constante para las fechas de Año Nuevo. Pero el obstáculo es claro: el costo del transporte aéreo.

Ejemplos citados por RST muestran la magnitud del problema. Un paquete de una semana en un hotel de 4 estrellas en Varadero cuesta 42.500 rublos sin vuelos. El mismo paquete con vuelos incluidos asciende a 292.000 rublos por dos personas —más de seis veces su valor real. Los precios para diciembre son igualmente prohibitivos, desde 278.000 rublos por 12 noches en Varadero a 315.000 rublos por 12 noches en hotel de 5 estrellas.

Turistas rusos en Cuba.
Turistas rusos en Cuba.

Un corresponsal del Boletín ATOR que viaja por la isla informó que las tarjetas rusas MIR se aceptan ampliamente en hoteles de alta categoría e incluso en tiendas de ciudades pequeñas como Gibara. En algunos casos, las transacciones se procesan manualmente, copiando a mano los números de la tarjeta.

Los euros, en cambio, no siempre son aceptados. El tipo de cambio también afecta pues en Cuba cambian 88,9 rublos por dólar y en Rusia es de 83,2 rublos por dólar. La recomendación es que lleven dólares. En foros rusos, los viajeros alertan de que los terminales de pago en Cuba dependen de la electricidad y del internet, ambos inestables, “es mejor llevar dólares. Las tarjetas solo funcionan si hay electricidad e internet”, escribió un turista identificado como Víctor.

Motín en Varadero

Recientemente un grupo de 15 turistas rusos protagonizó una protesta inusual en un hotel de Varadero, negándose a registrarse y pasando tres días durmiendo en el vestíbulo, luego de ser reubicados tras las afectaciones del huracán Melissa.

Según informó el canal ruso Baza y el portal especializado Turprom, el vuelo que trasladaba a los viajeros no pudo aterrizar en Holguín debido al mal tiempo y fue desviado a Varadero. Aunque representantes del turoperador Pegas Touristik prometieron llevarlos a los hoteles originalmente reservados, posteriormente informaron que debían permanecer en instalaciones locales.

De los 25 turistas afectados, 15 rechazaron alojarse en el hotel Los Cactus, alegando que el establecimiento es de categoría inferior, se encontraba en mal estado, con problemas de higiene, incluyendo la presencia de cucarachas.

Los manifestantes denunciaron falta de alimentos, cansancio y condiciones inadecuadas, y exigieron ser trasladados a los hoteles que habían pagado previamente.

Cuba pierde uno de sus pocos mercados fieles

La caída del turismo ruso es un golpe directo para la industria turística cubana, ya debilitada por la crisis económica interna y la pérdida de visitantes europeos. Rusia había emergido como el único mercado fuerte de larga distancia, pero la caída del 50% elimina una de las pocas fuentes de divisas relativamente estables.

Todo esto también provoca un fuerte impacto en el empleo indirecto, un componente esencial del sector turístico cubano. Cada visitante que llega a la isla activa una cadena de servicios que incluye transporte privado, taxis, restaurantes, bares, guías turísticos, artesanos, cuentapropistas y proveedores de alimentos y suministros para hoteles. Cuando se reduce el flujo de turistas —como ocurre ahora con un desplome del 50% en la llegada de viajeros rusos— toda esa red laboral pierde ingresos y actividad.

El resultado es una disminución significativa de oportunidades económicas para miles de trabajadores que dependen, de forma directa o indirecta, del turismo como principal fuente de sustento.

Para Moscú, el flujo de turistas forma parte de su influencia económica y política en la región; es un indicador de presencia, inversión y cooperación. Cuando ese flujo disminuye de manera drástica, como ocurre en 2025, el Gobierno cubano pierde peso negociador a la hora de solicitar créditos, reestructuraciones de deuda o nuevos proyectos financiados por Rusia. Además, el desinterés turístico reduce el atractivo económico de futuras inversiones rusas en el sector hotelero y recreativo de la isla, que dejan de ser rentables.

Al mismo tiempo, la caída del turismo ruso afecta directamente la narrativa oficial de recuperación económica promovida por el Gobierno cubano. Durante los últimos años, La Habana había presentado el incremento de visitantes rusos como una prueba de sus alianzas estratégicas, como evidencia de que Cuba seguía siendo un destino competitivo y como un motor clave de la recuperación postpandemia. Sin embargo, la reducción del 50% en la llegada de turistas contradice esa narrativa y expone la fragilidad del modelo turístico actual, incapaz de sostenerse frente a cambios externos en el mercado aéreo o en la economía rusa.

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    Alvaro Alba

    Álvaro Alba. Subdirector de la Oficina de Transmisiones a Cuba (OCB). Historiador y periodista especializado en temas de Europa del Este y la ex Unión Soviética. Máster en Historia por la Universidad Estatal de Odesa, Ucrania. Premio Emmy 2017 (Emmy Award) en la categoría de Documental Histórico y Premio David Burke a la excelencia periodística de USAGM (2020). Desde 1998 trabaja en OCB. Es frecuente panelista en programas de radio y televisión sobre esos temas. 

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