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Desastre en Guamá: Miles de afectados tras el huracán Melissa enfrentan abandono estatal


Guamá tras el paso del huracán Melissa.
Guamá tras el paso del huracán Melissa.

Sumario

  • Decenas de poblados en el municipio Guamá, Santiago de Cuba, siguen sin electricidad ni agua potable tras el paso del huracán Melissa.
  • Los habitantes enfrentan condiciones precarias, refugios improvisados y escasa ayuda estatal, lo que ha generado descontento y protestas.
  • La recuperación es lenta, con más del 45% de los santiagueros sin electricidad y miles sin acceso normal al agua.
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Casi un mes después del paso del huracán Melissa por la zona oriental de Cuba, decenas de poblados rurales y costeros del municipio Guamá, en la provincia de Santiago de Cuba, permanecen sin electricidad, sin acceso a agua potable, con sus habitantes refugiados en condiciones precarias y la convicción dolorosa del abandono estatal, según pudo constatar Martí Noticias a través de testimonios recogidos en el territorio.

“Esto ha quedado devastado por completo. Hubo barrios que se fueron completos. A algunas viviendas que perdieron el techo -poquiticas, no llegan a diez- les han dado tejas de fibrocemento porque están en el centro del poblado, donde tienen la vista de la gente; y es verdad que trajeron colchones para algunas personas, los más damnificados”, relató Ángel Romero, uno de los más de 3,500 moradores de Aserradero, que está entre las localidades de Guamá más afectadas por Melissa.

“A algunas casas, que lo que les llevó fue el techo, les dieron techos, pero a los derrumbes totales, todavía no les han dado nada. Aquí cerca de donde yo vivo, hay una señora que le llevó la casa. Ella y su hijo recogieron pedazos de zinc y los armaron, y ahí está metida. Cuando llueve, por supuesto, se moja”.

Otros, se han visto obligados a buscar refugio en chozas improvisadas o en domicilios de familiares, lo que los hace más vulnerables a desarrollar trastornos de ansiedad y depresión.

De igual modo, los afecta, la lenta recuperación: Informes oficiales advierten que más del 45% de los santiagueros no tienen electricidad y millares continúan sin acceso normal al agua.

Aunque la prensa oficial divulga trabajos de reparación en circuitos y líneas, la situación ha provocado descontento y protestas.

“Todavía los postes están en el piso, los transformadores. Pusieron un grupo electrógeno para el policlínico y el bombeo del agua. Sí, agua potable, sí tenemos, gracias a Dios y a la revolución que se preocupó por eso”, enfatizó Romero.

“La comunicación si la restablecieron como a los diez o doce días. Tenemos, una plantita que la ponen dos o tres horas y podemos recargar los móviles”, detalló.

Al igual que los demás entrevistados por nuestra redacción, el aserradenense lamentó el desabastecimiento de alimentos y otras carestías.

“Lo que es el alimento, el gobierno trajo un poquito de chícharos duros, con gorgojos, en dos o tres ocasiones dieron dos libritas de arroz. Sabemos la situación que tiene el país, pero ¡nosotros no tenemos la culpa!

Al respecto María del Carmen Estrada, una residente de Chivirico, un consejo popular de alrededor de 10, 000 habitantes distribuidos en diversos asentamientos urbanos y rurales, agregó que la falta de electricidad acarrea, aparte “del extenuante calor”, la interrupción del servicio de agua, de las comunicaciones, del transporte; incluso, el uso de equipos médicos o la conservación de alimentos.

“No tenemos agua todavía. Para la corriente, pusieron un grupo electrógeno para el hospital, el Poder Popular pero el resto de la población no tiene corriente. La ponen unas horas en esa zona y la gente va a cargar los celulares y a conservar los alimentos como se pueda”, destacó.

“El Gobierno dio arroz y azúcar. No hay combustible para traernos una pipa con agua. El agua se está cargando en porrones que va la gente a buscar adonde haya, con los medios que pueden, con tanquecitos, cubos. No sabemos si está contaminada. Buscamos el agua y no le miramos la calidad, solo la necesidad”, recalcó Estrada.

Miles de santiagueros siguen expuestos a las aguas insalubres y a condiciones inseguras, por lo que sería probable que personas hayan contraído enfermedades que suelen propagarse en aguas contaminadas después de las tormentas, pero la falta de reactivos y de la atención médica necesaria, unidas a la proliferación de las arbovirosis, hacen imposible distinguir los tipos de enfermedades que aquejan a la población.

“Queda mucha basura acumulada. Hay muchas dolencias y uno dice, ‘es el virus’, pero no se sabe, nadie sabe si tiene otra cosa como la enfermedad de los ratones. ¡Cualquiera puede coger eso!, indicó Alberto Campaña, desde Juan González, en el Consejo Popular Caletón Blanco.

La leptospirosis, una enfermedad bacteriana que se propaga en la orina de animales infectados, a menudo roedores, y que puede transmitirse a través de aguas contaminadas, causa síntomas similares a los de la gripe o el dengue, como fiebre, dolor muscular, escalofríos, vómitos e ictericia.

Campaña, antiguo presidente de los Comité de Defensa de la Revolución (CDR) en su consejo popular, subrayó que renunció a su cargo por la ineficiente gestión de las autoridades y las arbitrariedades que cometen contra la población.

“El único poste que se nos cayó aquí en Juan González no lo han podido poner. ¿Qué pasa? Que hay un relajo. En Sueño [el reparto de la capital santiaguera] vi que cobraban a la gente de una cuadra 10,000 pesos por ponerles la luz. Eso lo vi yo, nadie me lo dijo. Aquí en el monte, me imagino que habrá que darles un animal por lo menos, un carnero. Pero, bueno, yo pienso que a nosotros nos toque en enero”, ironizó.

Hasta el día de hoy, en el sector de Juan González, las soluciones a las pérdidas materiales, las casas derrumbadas y la carencia de servicios básicos como agua potable y electricidad, siguen siendo una promesa en el lejano futuro.

“El primer día del ciclón, se paró una pipa en la calle para que la gente fuera a buscar un cubo de agua para tomar. Después, tienes que pedírsela a los vecinos que tienen cisternas grandes”.

“En el pedacito de nosotros, una sola casa, el ciclón la desapareció, la que estaba pegada el mar, pero a lo que es buscando la loma había como cinco o seis casas que las barrió, no quedó nada y, de la misma manera, el mar se metió por arriba de la calle y barrió unas cuantas casas de la zona de la Cascada”.

“Nos ha llegado ayuda de la iglesia que le ha dado colchón a la gente, comida, pero el gobierno no ha traído nada”, precisó.

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    Yolanda Huerga

    Yolanda Huerga nació en Bayamo, Granma, Cuba. Se graduó en Filología y Lingüística en la Universidad de Oriente en 1989. Durante casi 20 años trabajó en el sistema de bibliotecas públicas de la isla. En 2003, fundó junto a otras mujeres el movimiento Damas de Blanco, organización que recibió en 2005 el Premio a la Libertad de Conciencia Andrei Sakharov del Parlamento Europeo. En 2005 viajó a Estados Unidos junto su hijo y su esposo, el poeta y periodista Manuel Vázquez Portal, condenado a 18 años durante la Primavera Negra de Cuba. Desde 2008 trabaja en Miami, en la Oficina de Transmisiones a Cuba, como periodista de Radio Martí. Recibió en 2021 el Premio Burke a la Excelencia Periodística que otorga la Agencia de Estados Unidos para Medios Globales.

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