Los cubanos de la isla y el exilio han estado más que atentos al resultado de las conversaciones migratorias entre Cuba y Estados Unidos que tuvieron lugar el jueves en Washington, en plena escalada del éxodo masivo, que expertos valoran supere a los 155 mil inmigrantes para octubre de este año.
Para muchos significan la posibilidad de que se reanuden procesos de reunificación familiar pendientes, para otros representan una afrenta, pues consideran que estas reuniones legitiman al régimen de La Habana en momentos en que ha crecido la condena internacional por las violaciones cometidas contra la ciudadanía, y para decenas de miles de cubanos, aventurados en una travesía ilegal para llegar a EEUU, la noticia de un acuerdo los mantiene en vilo.
Si bien la parte estadounidense, encabezada por la Subsecretaria Adjunta de Estados Unidos para Asuntos del Hemisferio Occidental, Emily Mendrala, destacó áreas de cooperación exitosa, también identificó "problemas que han sido obstáculos para cumplir con los objetivos de los Acuerdos”.
La parte cubana, presidida por el viceministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Carlos Fernández de Cossío, ha reiterado el argumento de que las medidas de Washington sobre Cuba son las que estimulan la migración, provocan "pérdidas de vidas y la comisión de delitos de tráfico ilícito de migrantes, fraude migratorio y trata de personas”. También ha acusado a Estados Unidos "de obstaculizar y violar los derechos de los cubanos a viajar a terceros países del área".
"Ciertamente, lo que se conoce hasta el momento, como siempre, es que Cuba culpa al gobierno de Estados Unidos de todos los problemas, incluso de los problemas sociales", dijo a Radio Televisión Martí , desde La Habana, la economista y ex prisionera política Martha Beatriz Roque Cabello.
Desde Pinar del Río, el director de la revista Convivencia, Dagoberto Valdés, habló a Radio Martí de lo que considera como la matriz del tema migratorio cubano.
"Las causas profundas y originarias de los éxodos masivos de Cuba que se repiten a lo largo de la historia, es la falta de libertad y posibilidad de desarrollar un proyecto de vida en Cuba debido a su sistema totalitario", indicó el laico.
La delegación de EEUU abordó el tema de los servicios consulares en su Embajada en La Habana, incluida la decisión de reanudar los trámites de visas de inmigrante de forma limitada a partir de mayo, además de los servicios actuales para ciudadanos estadounidenses y la emisión actual de visas de emergencia para no inmigrantes.
En tanto, la delegación cubana insistió en la obligación de Washington de garantizar la emisión en La Habana de no menos de 20 mil visas anuales, dijo que ese compromiso se está incumpliendo desde 2017 y que "no existe justificación alguna para mantener interrumpido ese servicio en Cuba y obligar, al aspirante a emigrar, a viajar a Guyana para que su solicitud sea procesada".
Sobre un avance en este tema, miles de familias cubanas estuvieron esperanzadas con la reunión. Una de esas familias es la de Janet Suárez, residente de la capital cubana.
“Estoy reclamada por mi esposo, residente desde el año 2019, con una niña menor de edad, que necesita estar junto a su padre. Necesitamos que esto cambie”, declaró.
En esta misma situación está Ana Giselle Castillo, que hace ocho años está siendo reclamada por su padre. “Somos yo y mi hermana con nuestro niños. Lo que más deseamos es que que estas reuniones aceleren los procesos migratorios”, explicó.
“Realmente estoy desesperada porque no es fácil para las madres estar lejos de su familia y de sus hijos (...) Pienso que con esa reunión mejore el proceso de reunificación familiar”, dijo por otra parte, Mérida Parker, una cubana residente en Estados Unidos.
En Estados Unidos grupos de exiliados protestaron en rechazo a estas conversaciones y repudiaron lo que consideran una validación por parte de la Administración Biden de la "dictadura terrorista y asesina", al reconocer a los representantes del régimen de La Habana como interlocutores.
En Miami se congregaron en los predios del legendario restaurante Versailles, con banderas de Cuba y de EEUU y carteles con consignas críticas al gobierno de Miguel Díaz-Canel. A la concentración acudieron algunos líderes del exilio como Ramón Saúl Sánchez, del Movimiento Democracia; Eliécer Avila del grupo Sómos Más y el influencer Alexander Otaola, quien convocó a la manifestación.
En Washington colgaron carteles en la Embajada de Cuba.
“No a las Conversaciones”, “Con los Asesinos no se dialoga”, “Libertad para Cuba”, fueron algunos de los lemas que aparecieron en la verja de la sede diplomática, en una iniciativa de Yosmany Mayeta y Sheila Pérez, exilados cubanos radicados en la capital estadounidense.
Desde otro importante grupo del exilio cubano, la Fundación Nacional Cubano Americana, uno de sus directivos, Omar López Montenegro, consideró necesario que los dos países discutan el tema migratorio.
“En la fundación siempre hemos estado a favor de cualquier esfuerzo que logre unificar a la familia cubana, que logre resolver los problemas de separación de la familia. Y es sabido que hace prácticamente más de cinco años que no se tramita ninguno de estos casos", dijo a Radio Televisión Martí.
Mientras desde Santa Clara, la activista Saily González Velázquez opinó que, al retomar el diálogo, Estados Unidos estaba siendo víctima de un chantaje de La Habana.
"Los presos políticos y la represión. Me hubiese gustado mucho que fueran estos temas los que potenciaron este nuevo acercamiento y no precisamente el tema migratorio, que sabemos que ha sido parte de la estrategia del régimen cubano y que en este sentido pues están cediendo, precisamente a los chantajes del régimen cubano”, expresó.
[Con reportes de los periodistas Ricardo Quintana y Amado Gil]