A pocos días de las elecciones nacionales, dos de los más altos cargos del gobierno de Cuba reconocieron que aún no tienen una idea clara de cómo superar la crisis económica que atraviesa la isla y que expertos señalan como la más aguda en décadas.
El primer ministro, Manuel Marrero Cruz, y el ministro de Economía, Alejandro Gil Fernández, presidieron el miércoles el balance anual del Ministerio de Economía y Planificación donde admitieron que todavía están pendientes algunas respuestas a interrogantes básicas que requieren "ponerle pensamiento” entre ellas: ¿Cómo salir de la situación? o ¿Cómo ingresar más divisas?
En el encuentro situaron la perspectiva de crecimiento económico anual alrededor del 3 por ciento para el año 2023 y adelantaron que trabajan en nuevas iniciativas como un Programa de Estabilización Macroeconómica, la creación de un Instituto para los actores económicos y la elaboración de una ley de empresas.
“El 2023 va a ser un año diferente, pero para que lo sea hay que hacer cosas distintas. No basta la consagración y el refuerzo sino viene acompañado por resultados. Tenemos auto bloqueo, hay que hacerle una guerra abierta contra las ineficiencias y las chapucerías”, dijo Marrero Cruz.
El premier llegó a reconocer: “Desde el gobierno tenemos que hacer cosas diferentes. Hay que organizar un gobierno en la calle”.
Además declaró que se deben revisar los mecanismos para la asignación de divisas y que con los actuales esquemas no podrán "lograr que la empresa estatal sea el principal actor económico".
Por su parte el ministro de Economía, en el cargo desde el 2018, dijo que es insuficiente la "recuperación de los ingresos en divisas" y citó obstáculos al desempeño económico en el 2022, como "la dolarización parcial en las relaciones entre las empresas y de estas con el sector no estatal; la inflación minorista; el acceso centralizado a las divisas de sectores exportadores; la inserción de los nuevos actores económicos; y los resultados negativos del sistema empresarial estatal con más de 400 empresas con pérdidas".
Numerosos economistas coinciden en señalar que el sostenido declive de la economía cubana se debe en primer lugar al fracaso del modelo socialista, a las trabas burocráticas y el férreo control que se impone sobre cualquier gestión económica.
De acuerdo a las principales prioridades económicas del país mencionadas por el ministro, el propósito de los gobernantes cubanos es "avanzar en la estabilización macroeconómica del país, conducir la implementación del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta el 2030 y los Lineamientos de la política económica y social del Partido (Comunista) y la Revolución, consolidar la reestructuración del mecanismo de asignación de divisas de la economía y consolidar el proceso de descentralización de competencias a los territorios".
Las declaraciones de Marrero y Gil fueron reseñadas por el portal Cubadebate, donde uno de los lectores comentó: "La impresión que deja la lectura de los argumentos del ministro de economía, es que los progresos serán mínimos, si algo se logrará. La ineficiencia nos tiene golpeados y no aparece una fórmula que lo impida. Muchas veces se usan términos que no dicen nada, pura palabrería para rellenar espacios. Y siempre, si algo positivo se menciona, es para el futuro, que no sabemos si alguna vez llegará. Se habla de crear un instituto para el control, o sea, más entidades burocráticas que sólo entorpecen y generan más gestiones, más gastos, en fin, nada que proyecte un escenario de progresos con la Empresa Estatal, que otro año más aparece como la gran culpable del estancamiento".
Otro usuario alertó: "Pues, no sólo es reconocer que hay que hacer las cosas diferentes, el reto está en hacerlas y, esa es la asignatura pendiente. Seguimos hablando lo mismo hace muchísimos años y la vida es una sola. Realmente, no se ve la luz del túnel, y la situación económica del país es insostenible".
Un informe publicado en julio de 2022 por la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) reveló que la economía de Cuba experimentó su peor recesión económica de las últimas tres décadas.
El impacto de la crisis económica se ve reflejado "en la extrema pobreza" en que vive la mayoría de la población, como alertó el quinto informe que explora el estado de los derechos sociales en la isla, elaborado por el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH).
La organización, con sede en Madrid, España, recordó que "son más de seis décadas con un modelo político, económico y social que no funciona. La mayoría de la población vive agobiada por la falta de alimentos, medicinas y el deterioro de todos los servicios públicos (...) Crece la conciencia de que la causa de los problemas socioeconómicos cubanos es política”.
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