El presidente Donald Trump está considerando revertir las principales piezas de la apertura y ablandamiento del Gobierno de Barack Obama con el régimen comunista de Cuba y reestablecer los límites de los viajes y el comercio, debido a los abusos sistemáticos de derechos humanos por parte del general Raúl Castro, publica hoy el New York Times.
Trump quiere anunciar los cambios en Miami este junio y cumplir con una promesa de campaña que sigue siendo una demanda determinante para la comunidad cubano estadounidense en el exilio que, a pesar de las encuestas, los medios de prensa y los deseos de ciertos grupos interesados en los negocios con la isla, no ha variado un ápice en sus intenciones de presionar para un cambio hacia la libertad en Cuba.
Asegura el diario de New York que “el cierre de la relación con Cuba sería una forma de alto perfil con la que el Sr. Trump puede mostrar una ruptura rotunda con su predecesor y cumplir con una promesa, pronunciada durante un discurso en Miami en septiembre, a un electorado crucial que le apoyó desproporcionadamente. También permitiría al presidente recompensar la lealtad de los legisladores cubanoamericanos que se han estado moviendo por una línea más dura con Cuba, incluyendo el senador Marco Rubio y el congresista Mario Díaz-Balart, ambos republicanos de la Florida”.
La verdad que el reto está a la altura de Trump, que construyó su campaña y su personalidad política en torno a pronunciamientos audaces y contrarios a las élites de ambos partidos políticos “como erigir un muro en la frontera sur, instituir una prohibición de migración musulmana y cancelar el acuerdo climático de París”, apunta el Times.
"Estoy seguro de que el presidente mantendrá su compromiso con la política de Cuba mediante cambios que sean objetivos y estratégicos y que promuevan las aspiraciones del pueblo cubano de libertad económica y política", dijo Rubio a NYT, quien se entrevistó con Trump y sus principales ayudantes varias veces sobre el asunto de Cuba.
El legislador republicano de la Florida Mario Díaz-Balart ha desempeñado un papel influyente en la configuración de la nueva política hacia la isla.
"Es mi deber abogar por las cuestiones que son importantes para mis electores, y no me disculparé por utilizar todas las vías disponibles para resolverlas efectivamente", dijo el congresista en un comunicado.
Entre las medidas que está considerando la administración Trump están las propuestas presentadas por Rubio y Díaz-Balart para bloquear transacciones entre empresas estadounidenses y firmas vinculadas al ejército cubano.
Tal restricción podría tener consecuencias de gran alcance para los acuerdos existentes, como el que Starwood Hotels and Resorts ha firmado el año pasado para administrar hoteles en Cuba -uno de los cuales es propiedad del conglomerado militar Gaviota- y congelar de manera efectiva la entrada de finanzas para los militares, quienes tienen una mano en prácticamente todos los elementos de la economía cubana.
Según el diario y de acuerdo con personas cercanas a las discusiones, Trump también está considerando el endurecimiento de las restricciones a los estadounidenses que viajan a Cuba, aliviadas por la administración Obama. La medida probablemente reduciría la reciente afluencia del turismo estadounidense a Cuba e impactaría negativamente las operaciones de las aerolíneas que han iniciado vuelos a Cuba.
“El presidente está considerando un aumento en el financiamiento a la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional para programas que promueven la democracia en Cuba, iniciativas que el gobierno de Castro ha condenado desde hace tiempo como esfuerzos encubiertos para derrocarlo”, asegura el diario.
El Gobierno del presidente Donald Trump está revisando su política con Cuba debido a la situación de derechos humanos en la isla, afirmó este martes durante su rueda de prensa diaria el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer.
"Estamos en las etapas finales de nuestra revisión de la política cubana. Sin embargo, aún no se ha tomado una decisión final sobre el camino a seguir. Anticipamos un anuncio en las próximas semanas, pero no tenemos fecha para anuncios específicos", adelantó este marte un portavoz de la Casa Blanca a The Hill.
A propósito de la celebración del 20 de mayo, Día de la Independencia de Cuba, Trump escribió una declaración oficial en la que afirma que "el pueblo cubano merece un gobierno que respete los valores democráticos, las libertades económicas, religiosas y los derechos humanos, y mi gobierno está decidido a dar forma a esa visión".
La postura del presidente Trump hacia Cuba podría calibrarse desde sus múltiples declaraciones en plena campaña presidencial, hasta las críticas al régimen, a raíz de la muerte el pasado 25 de noviembre de Fidel Castro.
Cuando visitó en Miami la sede de la Brigada 2506 en plena campaña, prometió a los veteranos de la fallida invasión a la isla por Bahía de Cochinos en 1961 luchar por restaurar la democracia en Cuba.
"No los defraudaré", dijo a los exiliados cubanos que sueñan desde hace décadas con una Cuba libre.
Y meses después, tras la muerte de Castro dijo "El día de hoy, el mundo registra la desaparición de un dictador brutal que oprimió a su propio pueblo durante casi seis décadas. El legado de Fidel Castro es uno de fusilamientos, expoliación, sufrimiento inimaginable, pobreza, y la negación de los derechos humanos fundamentales”, señaló.
"Si bien Cuba sigue siendo una isla totalitaria, espero que el día de hoy marque un alejamiento de los horrores soportados por demasiado tiempo, hacia un futuro en el cual el maravilloso pueblo cubano finalmente viva en la libertad que tanto merece", subrayó Trump.
"Aunque no se pueden borrar las tragedias, las muertes y el dolor causados por Fidel Castro, nuestro gobierno hará todo lo posible para asegurar que el pueblo cubano pueda finalmente iniciar su camino hacia la prosperidad y la libertad", apuntó.
El 28 de noviembre dejó clara su disposición de culminar la política de normalización iniciada por la administración Obama si La Habana no cambiaba su postura:
"Si Cuba no está dispuesta a hacer un acuerdo mejor para el pueblo cubano y los cubano-estadounidenses en su conjunto, pondré fin al acuerdo", escribió en Twitter, confirmando algo que había anunciado desde su campaña cuando prometió que "revocaría" las medidas ejecutivas de Obamasi no eran restauradas "las libertades en la isla".
La verdad es que más allá de las consabidas encuestas interesadas, los medios de prensa manipuladores y los deseos de ciertos grupos interesados en los negocios con la isla, no habría muchos indicios que indiquen que la política respecto al régimen marxista de la isla no vaya a cambiar radicalmente con la administración republicana del presidente Donald Trump.