El sueño de dos inversionistas de Alabama que quieren poner una fábrica ensambladora de tractores en Cuba será una realidad próximamente. El gobierno de Obama aprobó este proyecto, que significa la primera fábrica de Estados Unidos en Cuba en más de medio siglo, consiga un despacho de AP fechado en La Habana.
La semana pasada, El Departamento del Tesoro dio luz verde a los socios Horacio Clemmons y Saul Berenthal para que puedan construir legalmente tractores y otros equipos pesados en la zona del puerto de Mariel, al oeste de la capital cubana, un área de “desarrollo especial”, según denominación del régimen de la isla. La empresa se nombra Cleber LLC.
Esta dispensa permite crear una compañía para construir una planta de montaje de hasta 1.000 pequeños tractores al año, para la venta a los agricultores privados en Cuba, dice AP.
Las autoridades cubanas apoyaron públicamente y con entusiasmo el proyecto, en junio del año pasado. Los socios –uno de ellos de origen cubano- dijeron que esperan comenzar la construcción de tractores en Cuba el primer trimestre de 2017.
"Todo el mundo quiere ir a Cuba para vender algo y eso es lo que estamos tratando de hacer. Estamos pensando en cómo podemos ayudar a resolver los problemas de Cuba", dijo Berenthal. "Creemos que, a la larga, los dos ganamos si hacemos las cosas que beneficien a ambos países", redondeó.
La planta de tractores Oggún, el nombre de un dios en la religión sincrética o santería cubana (el orisha de los guerreros), se encargará del montaje de tractores duraderos y de fácil mantenimiento. Los hombres de Alabama creen que pueden vender cientos de tractores al año para los agricultores cubanos, financiados esos equipos por parientes fuera del país y por organizaciones no gubernamentales, que tratan de ayudar a mejorar la agricultura cubana
“Se trata de dos países que durante 60 años han mantenido una terrible relación y cualquier cosa que pueda hacer para unirlos sería para mí tremendamente satisfactorio”, dijo Berenthal, un ingeniero de software semi-retirado, de origen cubano, que salió del país a los 16 años.
También dijo que son optimistas con este proyecto, que les permitirá exportar tractores Oggún a otros países de América Latina, países que tienen bajos o nulos aranceles sobre los productos de Cuba, haciéndolos altamente competitivos. Él y su socio Clemmons esperan una ganancia de entre el 10 y el 20 por ciento en cada tractor.
Esperan iniciar la fábrica con 30 empleados cubanos y, si las cosas salen según lo planeado, crecerán dentro de cinco años hasta 300 empleados.
Clemmons y Berenthal publicarán todos los esquemas de sus tractores en internet, con el fin de permitir a los cubanos y a otros clientes reparar sus equipos más fácilmente. Los hombres ya tienen planes de producir excavadoras, retroexcavadoras, montacargas y otros equipos pesados que escasean en la isla.
En junio de 2015, el gobierno castrista sólo había dado permisos para radicarse en Mariel a una planta empacadora de carnes, una fábrica mexicana de pinturas y esta para fabricar tractores norteamericanos.