La activista prodemocracia Rosa María Payá ha sido elegida como nueva miembro de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), convirtiéndose en la primera cubana en ocupar este cargo.
Su elección, con 20 votos a favor, ocurrió este viernes durante la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), tras una votación entre los Estados miembros.
"Profundamente honrada por la confianza que los Estados de las Américas ponen hoy en mí para defender los derechos humanos de todos. Gracias a los Estados Unidos por la audacia de una candidatura tan extraordinaria como la mía. Será un honor servir a los pueblos de las Américas", escribió en X tras conocerse los resultados.
Payá, de 36 años, ha sido reconocida internacionalmente por su firme defensa de la libertad y la democracia en el hemisferio occidental. En marzo, cuando el Departamento de Estado de Estados Unidos anunció oficialmente su candidatura, destacó su trayectoria como "defensora de la democracia y líder de derechos humanos", así como su experiencia en políticas latinoamericanas.
La activista cubana se desempeña como directora Ejecutiva de la Fundación para la Democracia Panamericana, donde trabaja junto a legisladores y organizaciones para promover la seguridad regional, la estabilidad democrática y los derechos humanos. Es además fundadora y presidenta de Cuba Decide, movimiento prodemocracia vinculado a la sociedad civil cubana, que impulsa un plebiscito vinculante como vía hacia un cambio político en la isla.
Rosa María es hija del fallecido opositor cubano Oswaldo Payá Sardiñas (1952-2012), fundador del Movimiento Cristiano Liberación (MCL) y ganador del Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia en 2002. Ella y su familia han denunciado en múltiples ocasiones que la muerte de su padre, y la del opositor Harold Cepero, fue un crimen perpetrado por el régimen de La Habana.
"Mi padre, quien dio su vida por la libertad, creía que los derechos humanos existen más allá de las fronteras raciales, culturales o políticas. No se conceden, se protegen. Su ejemplo me inspira a defender a todas las víctimas desde la Comisión Interamericana de Derechos Humanos", comentó este viernes en X.
"Las Américas han pagado un precio muy alto por tolerar el régimen cubano durante tanto tiempo. Nos corresponde a nosotros, los hombres y mujeres de las Américas, acabar finalmente con la cabeza del pulpo autoritario y todos sus tentáculos, que tanto dolor han traído a nuestras naciones", agregó.
Como activista de derechos humanos, Payá Acevedo ha liderado importantes actividades de la sociedad civil en Cuba desde 2009 y ha participado en diversos foros internacionales, incluyendo el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, el Parlamento Europeo, el Senado de los Estados Unidos, la Organización de los Estados Americanos, la Cumbre de las Américas y varios parlamentos nacionales en América Latina y Europa.
Entre sus reconocimientos internacionales destaca el Premio Morris Abram de Derechos Humanos (2019) y el Premio al Valor de la Sociedad del Sentido Común (2022).
En un video este jueves, agradeció a Estados Unidos "por todo su apoyo a mi candidatura, así como a cada uno de los Estados miembros por su diálogo honesto, del cual he aprendido muchísimo durante estos dos meses de campaña”.
Según dijo, su prioridad "será hacer una CIDH más fortalecida, más cercana a las víctimas, más eficiente, más eficaz, con un diálogo más productivo con los estados miembros".
La CIDH, órgano autónomo de la OEA, es responsable de promover y proteger los derechos humanos en los 35 Estados miembros. Sus siete comisionados son elegidos a título personal, sin representar a sus gobiernos, lo que garantiza la independencia política.
Su creación, que marcó un momento clave en la historia del sistema interamericano de protección de los derechos humanos, fue adoptada entre el 12 y el 18 de agosto de 1959, durante la Quinta Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores, celebrada en Santiago de Chile, mediante la aprobación de la Resolución VIII titulada “Derechos Humanos”.
El 25 de mayo de 1960, el Consejo de la OEA aprobó el primer Estatuto de la CIDH y eligió a sus primeros siete miembros. En 1960, la Comisión quedó conformada por: Rómulo Gallegos (Venezuela); Reynaldo Galindo Pohl (El Salvador); Gonzalo Escudero Moscoso (Ecuador); Ángela Adela Acuña Braun (Costa Rica); Durwood V. Sandifer (Estados Unidos); Juan Manuel Bianchi Gundián (Chile); y Gabino Fraga (México).
La Comisión inició oficialmente sus actividades el 3 de octubre de 1960, con su primera sesión celebrada en el Salón Colón del Edificio Principal de la OEA, en Washington, D.C. Durante esa sesión inaugural, el comisionado venezolano Rómulo Gallegos fue designado como el primer presidente de la CIDH.
Ese mismo año, la entidad comenzó a delinear su papel como observadora y defensora de los derechos humanos en el continente. En 1961, realizó su primera visita a la República Dominicana, con el propósito de constatar directamente la situación denunciada en materia de derechos humanos. El informe resultante documentó graves violaciones cometidas por fuerzas de seguridad y otras entidades estatales.
Entre 1962 y 1964, la CIDH emitió sus primeras recomendaciones a un Estado miembro, en este caso a Cuba. Desde entonces, esta práctica se ha consolidado como una de las funciones esenciales de la Comisión para la promoción y protección de los derechos humanos en las Américas.
Durante más de seis décadas ha sido un actor clave en la supervisión del respeto y cumplimiento de los compromisos asumidos por los Estados miembros de la OEA en el ámbito de los derechos humanos.
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